¿Estás seguro que quieres eliminar el producto Gift Card?
Más Abrazos // Miércoles 20 Mayo, 2020 // #alimentacion, #bebe, #salud
La llegada de tu bebé viene acompañada de múltiples miedos, inseguridades y desconocimiento alrededor del desempeño de nuestro propio cuerpo. La mayoría de las madres abandonan la lactancia antes de los 3 meses de vida de su bebé y, la mayoría de estas, tienen entre sus principales razones la incapacidad para producir suficiente leche materna.
Sin embargo, los datos demuestran que, esta incapacidad sólo se presenta en el 5% de las mujeres. Esto significa que el 95% restante pueden producir de forma normal la cantidad de leche que requiere su bebé para un óptimo desarrollo; lo más probable es que tú te encuentres en esta amplia mayoría.
Así que, con este artículo podrás descartar o verificar posibles causas para la baja de producción, llegar a tu causa personal, corregirla y así, poder continuar entregando tu leche, si esta es tu decisión.
El llanto frecuente, a veces desesperado del bebé puede hacerte dudar sobre la cantidad de leche que le estás entregando a tu bebé. Puede llevarte a pensar que se está quedando con hambre. A pesar de esto, en la mayoría de los casos, este llanto puede deberse a la sobreestimulación o al cansancio por falta de sueño.
De forma adicional, se presenta en varios momentos de los primeros meses de forma instintiva en los bebés con el fin de aumentar la producción de la leche de su mamá. A estos momentos de llanto, rechazo e incomodidad por parte del bebé se les conocen como “Brotes de crecimiento”.
No es posible determinar cuánta cantidad de leche está consumiendo tu bebé mientras está lactando. Sin embargo, sí puedes guiarte por una serie de señales para garantizar que está consumiendo la cantidad que tu bebé requiere:
A medida que avanzan los días, es normal que tu bebé aumente el número de pañales mojados. El primer día debe mojar uno; el segundo, dos; y así, sucesivamente hasta el sexto día que debe mojar seis y, en este número debe mantenerse en adelante. Adicionalmente, debe hacer alrededor de 4 deposiciones diarias. Esta es la mejor forma de corroborar su adecuada ingesta de leche.
El bebé que después de amamantar se queda dormido y tranquilo posiblemente haya saciado su hambre. Esto puede ser un indicador de que tu bebé está satisfecho con la cantidad de alimento que está recibiendo.
Durante las primeras semanas tu bebé se alimentará cada 1 ½ a 3 horas. Sin embargo, si en esta primera etapa, esto no sucede y tu bebé sigue durmiendo o está somnoliento, debes ayudarlo a que no pasen más de 2-3 horas sin que reciba tu seno.
El color normal de las heces de los bebés amantados corresponde a un amarillo mostaza, si el bebé tiene heces de un color diferente debes consultar al médico.
En relación con el punto anterior, el color verde generalmente, se puede relacionar con una toma parcial de cada pecho, donde el bebé sólo está recibiendo la fase acuosa y no está recibiendo la última fase; por lo tanto, su ganancia de peso se puede ver afectada.
Ten presente ofrecer del seno opuesto en la siguiente toma, para que ambos senos reciban la misma estimulación y, por lo tanto, ninguno disminuya su producción con el paso de los días.
Tu bebé te va a mostrar señales de hambre antes de llegar al llanto. Es probable que después de haber llorado demasiado, no pueda alimentarse de igual forma. Así que, aprende a leer estos signos tempranos, lo verás moviendo su cabeza, llevarse las manos a la boca o abrir la boca y mover la lengua constantemente. Aprovecha estos momentos para ofrecer de inmediato tu seno.
La frecuencia de alimentación durante las primeras semanas puede llegar a ser muy desgastante para la madre; sin embargo, a medida que pasan los meses estas toman pueden espaciarse un poco. No te desgastes en pensar que la razón es porque tu leche no está siendo suficiente o tu bebé está quedando con hambre; hay diversas razones detrás de esta alta demanda.
Sin duda, la principal causa de la baja producción se relaciona con una técnica inadecuada de lactancia, puede ser un mal agarre del bebé al seno, que no permite que haya un adecuado vaciado del pecho.
Generalmente, un mal agarre genera dolor en la madre y, como consecuencia, el bebé puede ser retirado antes de tiempo de cada pecho; lo que se entiende, por el cuerpo de la madre, como menor demanda y, por lo tanto, se disminuye la producción. Asimismo, se pueden tener otras causas que puedes revisar.
Nuevamente, el 95% de las mujeres, siempre recuerda esta cifra, puede producir suficiente leche si vacía los senos adecuadamente, sea por medio de la succión del bebé o con ayuda de un extractor.
De modo que, esta es la primera revisión que deberías hacer, sino está bien, haz las modificaciones pertinentes. De todos modos, existen otras técnicas sencillas que se pueden implementar para ayudar al aumento de la producción.
Sin duda, esta información te ayudará a tener la seguridad de evaluar tu lactancia y tomar acción en aquellos puntos que reconozcas como posibles causas para una eventual baja de producción.
La Dra Lina Acosta, Médica pediátra es una consultora internacional en lactancia materna y especialista en crianza, con formación en parentalidad, apego y salud mental infantil. Pueden encontrarla en su plataforma WEB: redmamas.org
El presente artículo fue elaborado en colaboración para Más Abrazos. Este contenido no reemplaza la consulta médica, ante cualquier duda o situación, consulta con tu médico o pediatra de confianza.
Comparte: